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COMENTARIO SALUDABLE

Sobre una expresión de Silvio Pellico, en la página 92 de su libro Deberes del Hombre, edición de MCMXII

El autor de este libro era católico y por lo tanto como tal pensaba; pero debemos tener en cuenta que en su época, y más en su patria, Italia, dificilmente él pudo haber conocido una iglesia mejor.
No es justo desechar todo el libro, generalmente bueno, porque contenga algunos conceptos erróneos, como esta expresión en que el autor está haciendo referencia a María, a quien la iglesia Católica ha exaltado en forma exagerada, hasta el punto de considerarla superior a todos los hombres (incluyendo los santos) y superior a los ángeles, contradiciendo así a las Sagradas Escrituras.
Consideremos algunos pasajes bíblicos para ver lo que la Palabra de Dios nos dice al respecto.

“Os digo: Entre los nacidos de mujer no hay ninguno mayor que Juan; sin embargo, el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él.” Luc.7:28. (Biblia de Jerusalén)

Estas son palabras del mismo Jesucristo calificando a Juan el Bautista como el mayor entre todas las criaturas humanas, lo cual quiere decir que Juan fue superior a Abraham, a Moisés, a David, a María, a Pedro, a Pablo y a cualquier otro santo, varón o hembra, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento.
Al decir que el más pequeño en el reino de Dios es mayor que Juan, Jesús da a entender que el más pequeño de los ángeles de Dios es superior al mayor de los seres humanos.
En el Salmo 8:4-6 y en Heb.2:6-9 se dice que el hombre es “Un poco menor que los ángeles”, y aun Jesús, en su condición humana, fue “Hecho un poco menor que los ángeles” ¿Y qué otro humano ha llegado, o llegará jamás, a la estatura de Jesús-hombre?
Algunas personas han interpretado mal a Heb.1:14, y se han atrevido a decir que los ángeles son inferiores a los hombres redimidos, pues son servidores de éstos; pero no dicen las Escrituras que los ángeles son servidores de los herederos de la salvación, sino que son servidores de Dios a favor de los herederos de salvación.
En cuanto a María veamos la declaración del ángel Gabriel, repetida después por Elizabet (se encuentra en Luc.1:28 y 42) y que tanto repiten los que rezan el Ave María. No dice allí: “Bendita tú sobre todos los humanos”, sino: “Bendita tú entre las mujeres”, que no es lo mismo. Bíblicamente el hombre es superior a la mujer (Gén-3:16; 1Cor.11:3; 1Tim.2:11 y 12), y la bendición pronunciada sobre María no la sitúa ni aun sobre las mujeres, sino entre ellas.
En una ocasión en que Jesús predicaba, una mujer de la multitud, levantando la voz, le dijo: “Bienaventurado el vientre que te trajo, y los pechos que mamaste”, pero Jesús le respondió: “Antes bienaventurados los que oyen la Palabra de Dios, y la guardan”. Luc.11: 27 y 28. El haber sido escogida para madre del Mesías es un privilegio exclusivo de María, pero no en eso consistió su grandeza, sino en haber sido seguidora de Jesús, escuchando sus palabras y poniéndolas por obra, privilegio también común a los demás santos.
María fue la madre de Jesús como hombre, pero no por eso le cabe el título de «Madre de Dios», pues como Dios, Jesús es anterior a María. Ella fue santa y pura, por lo cual merece ser recordada e imitada por todo el género humano, pero sin llegar a la peligrosa idolatría en que, de hecho, millones de personas están incurriendo indebidamente.

Ob. B. Luis, Bayamón, 1983